El contrato ha sido el instrumento jurídico a través del cual los particulares ejercen precisas facultades normativas en virtud de las cuales crean normas particulares y concretas con miras a regular una situación jurídico-económica particular. Sin embargo, el concepto de contrato ha sido dinámico y ha carecido del engranaje necesario con la teoría del derecho a efectos de determinar su medida y alcance.